Al cabo de varios meses somos capaces de aislarnos, sanitizarnos, aceptar nuevas reglas al salir de casa. ¿Con qué facilidad o con cuánto esfuerzo nos adaptamos? Acostumbrándonos, avizoramos la flexibilización ansiada y, cuando parece que nos libramos de la excepción, no, hay que volver atrás con las restricciones. Calor, carencia o cansancio mediante, ahora parece ser más difícil sostener las medidas de prevención al modo de la rigidez inicial.
Asociación Civil La Causa
PSICOANÁLISIS. PSICOLOGÍA. ENCUENTROS Y TALLERES DE SALUD MENTAL.
martes, 19 de enero de 2021
"Situación de público conocimiento"
lunes, 28 de septiembre de 2020
A nueva etapa, nuevos modos
-¿Estoy a tiempo de hacer cambios?- se pregunta una paciente mayor, consciente de su dificultad para ello. ¿Por qué no? El hecho de jubilarse y cesar obligaciones libera gran parte del tiempo disponible, ofrece una gran oportunidad de replantear el modo de vida; de revisar cómo se afrontan situaciones conflictivas, qué se prioriza, o a qué se quiere dedicar la atención y el interés. Estar en "la tercera edad", o retirarse del trabajo formal, no es sinónimo de convertirse en un ser pasivo. Es una etapa que invita a pensar hacia dónde enfocar o redirigir la actividad. Puede ser con calma, o hacia la calma, si se quiere, pero no implica cesar el deseo. De acuerdo a lo que se quiera realizar, habrá que adecuarse al momento, las posibilidades y limitaciones, incluso se podrá probar alguna actividad postergada o que genere curiosidad y no haya tenido lugar antes en la vida, sin imperativos más que las ganas de hacerlo.
En la coyuntura actual se dificulta llevar a cabo lo que se esperaba o proyectaba para el júbilo, se ha suspendido todo lo iniciado en los lugares de cita compartida o cancelado los planes de salidas y viajes. Las personas mayores que deben permaner aún más aisladas para evitar riesgos, lo sufren mucho, ya que el tiempo que transcurre cobra otro sentido al sentir que se pierde más de la cuenta. Ese tiempo disponible, libre de las viejas ataduras, hoy discurre adentro y con pasividad forzada. Mientras se transita la realidad actual una buena alternativa es valorizar tareas que despejen en lo cotidiano; es importante mantener la comunicación con los lazos afectivos y sociales, aún con el desafío de adaptarse a los medios tecnológicos, sin renunciar al encuentro directo.
El diálogo y la reflexión en el espacio terapéutico ofrecen también una oportunidad para aprovechar el tiempo, al reconocer la historia, resignificar el presente o renovar el pensamiento.
Lic. Nora Spatola
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domingo, 30 de agosto de 2020
Colonización, conquista y pérdida
E. Hoper "Morning Sun" |
En relación a los debates acerca de la salud mental en cuarentena, es preciso señalar que, como consecuencia de la pandemia y del aislamiento, surgen diversas reacciones psicológicas, algunas de las cuales pueden ser opuestas pero no necesariamente excluyentes entre sí. Admitir la erosión de la incertidumbre y los miedos que nos afectan desde el primer momento, la ansiedad, la angustia, el desgano, la indefinición. Todo ello no deja de suceder, aunque el resguardo prudente propicie momentos de calma, siempre que las condiciones materiales y psíquicas sean suficientes. En la pausa, se relajan algunas exigencias, se toma conciencia del tiempo colonizado por tantas ocupaciones que opacan prioridades. También se pierden actividades y espacios propios que nos desdibujan alterando las rutinas y los sueños. Aparecen hostilidades hacia el otro por amenaza de contagio. Los rituales de desinfección refuerzan y validan obsesiones, la realidad puede dar soporte a construcciones delirantes. El riesgo de enfermar y el conteo de víctimas son abrumadores; las despedidas, impedidas. La crudeza desnuda fragilidad. Las preocupaciones económicas afloran, la precariedad laboral queda en evidencia.
Lic. Nora Spatola
sábado, 23 de mayo de 2020
DE LAS CUARENTENAS
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Imágen Luis Colucci, acrílico sobre cartón. |
domingo, 15 de marzo de 2020
Pandemia, reflexión desde una mirada psiconalítica
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El desconcierto que se vive (con aires de fantasmas apocalípticos) incrementa las tensiones y nos hace más permeables a la vivencia de angustia, las ansiedades o las obsesiones compulsivas. Es preciso comprender que, en esta ocasión, lo personal o lo particular queda excedido pero no por ello nos desreponsabiliza sino que, al contrario, nuestro modo de acción incide enormemente. Los eventos de similar magnitud ponen a prueba y desafían nuestras capacidades de afrontamiento.
Asociación Civil
sábado, 9 de noviembre de 2019
Abordaje de conductas compulsivas en la adolescencia
domingo, 30 de junio de 2019
¿Cuándo realizar una consulta Psicológica?
Diferentes situaciones suscitan que una persona decida iniciar un tratamiento psicológico, especialmente ante situaciones que resultan desbordantes frente a las cuales se carece de recursos psíquicos y anímicos con los cuales dar respuesta y que generan confusión y angustia.
Ante conflictivas familiares y conyugales, presiones laborales, crisis vitales como pérdidas, separaciones, nacimientos y cambios bruscos de rutinas, se conmueve el equilibrio de sostén psíquico y/o afectivo. En ocasiones especiales, o cuando además se agregan antecedentes de cierta fragilidad, esas situaciones pueden provocar alteraciones anímicas dignas de consulta. Asimismo, dicha alteración puede entrar en conexión con antiguos traumas o conflictos que no han tenido una resolución adecuada, produciendo ahora “soluciones” sintomáticas o propiciando la emergencia de trastornos psicológicos latentes.
También se acude a la consulta a la hora de tomar decisiones o elecciones relevantes que pueden verse dificultadas por diversas razones. Arriesgar, poder elegir, ganar o perder, puede estar impedido por exigencias propias o ajenas, contextos sociales, mandatos familiares, estancamientos, abulias, etc. que complican la toma de decisión. Dicha dilación podría ocasionar trastornos futuros. En este sentido, la reflexión y el análisis de las situaciones y de la historia personal ayudan a despejar el enredo y favorecen el cambio de posición.
La experiencia psicoterapéutica sirve para “abrir la cabeza” pero también para ligarnos al cuerpo, superar dicotomías, encontrar obstáculos neuróticos, destrabar y accionar, salir de la comodidad, mejorar los vínculos, ser libres y orientar el deseo o dejar que él nos oriente y, desde su rastro, imprimir marcas propias.
• ¿Cómo trabajamos desde
Lic. Nora C. Spatola
Psicóloga UBA